Por ti, por mí, por todas las mujeres en la Historia
Ayer Connie me acompañó a visitar “Mujeres en la Historia. La Historia de las Mujeres. Una exposición con perspectiva de género” en el Museo de Historia del Noreste. La exposición fue alumbrada por el ojo crítico y feminista de Mariana Gabarrot. El recorrido inicia con un rectángulo gris explicando que esa figura y ese color son usados durante la muestra para describir narrativas de la historia tradicional, seguido de un círculo violeta con el que de ahí en adelante se expondrán discursos desde la mirada de las mujeres, la crítica feminista y la historia. Para la sorpresa de todes quienes nos encontrábamos dando los primeros inocentes pasos el recorrido te recibe con una tabla que enuncia las diferencias entre sexo y género, incluyendo la existencia del género no binario en la infografía, como si eso no representara ya una crisis existencial para la mayoría de las personas transitando el Museo, el pasillo sigue con 4 infografías más acerca de lo que es un estereotipo de género, el impacto que tiene, y que la división histórica de los roles ha sido perpetuada y fortalecida tanto por el ámbito público como por el privado. Shuk total, como dice mi hermana. Desde ahí ya se podía ver la diferencia que marca este proyecto, la de una verdadera exposición en un Museo, en la que las personas no son visitantes sino público y están realmente ahí con sus historias, sus preguntas y sus afectos: niñes, mamás, papás, abueles, parejas, todes con los ojos abiertos visiblemente más de lo acostumbrado por el impacto de la información inesperada, el corazón tocado desde los primeros pasos porque la cuerpa es nuestra primera casa y ahora estaba en el Museo expresada de forma literal, brindando herramientas para vivirla de manera más libre.
Caminé ya toda llorosa viendo rostro por rostro y las caras de muchas compañeras de lucha con las que he compartido trasnochadas en planeaciones, debates, pero también la mano alzada por las calles, la resistencia contra agresiones de odio, enfrentamientos con policía corrupta e incluso duelos por compañeras que ya no están con nosotras; hasta que llegué a la fotografía de una compañera que fue tomada durante un proyecto que yo organicé y por supuesto yo no estaba incluída entre los rostros. Afortunadamente somos tantas las mujeres que estamos trabajando en la diversidad de feminismos que es imposible que todas estemos ahí, pero el hecho de encontrarme esa foto en particular me hizo recordar un pequeño, pero tedioso detalle con el que llevo lidiando desde el periodo en el que enfilé como activista feminista y con el que seguramente lidian otras compañeras que son artistas y feministas: de la colectiva feminista en la que participaba activamente como miembro me expulsaron por hecho de ser artista, bajo la preocupación de que este hecho causara conflictos de interés o que pudiera estar usando a la colectiva para dar popularidad a mi obra como artista; a las exposiciones de retrospectivas o revisiones del trabajo de mujeres artistas en NL no me invitan porque soy feminista, salvo en el caso de 2 únicas curadoras. Para la elección de los rostros en la instalación de “Mujeres en la Historia. La Historia de las Mujeres” se contactó a 14 mujeres que a su vez contactaron a 10 mujeres para que estuvieron en la exposición, lo cual está bien increíble porque significa que mi caso no es personal, sino sintomático, como que las artivistas feministas somos demasiado feministas para ser artistas y demasiado artistas para ser feministas y entonces sólo podemos caber en la dimensión de las mujeres artistas feministas, pero no en ninguna de las anteriores.
La exposición “Mujeres en la Historia. La Historia de las Mujeres. Una exposición con perspectiva de género” es de verdad una exposición histórica que llevó a cabo la tarea casi imposible de poner en diálogo la historia con los estudios de género a través de los objetos que conforman la colección de un Museo, además de que es también imposible que salgas de ahí exactamente como entraste, incluso si tienes una idea de lo que es el feminismo o los roles de género, a mí por ejemplo, a parte de sorprenderme y conmoverme, me posibilitó articular un asunto que no había podido explicarme ni a mí misma en al menos 8 años y que no fue, estoy segura, por el momento de la mirada de una fotografía, sino en el camino tan agudamente planeado por la mirada violeta de Mariana como curadora de la exposición.
Melissa García Aguirre